Nuestra excursión en barco empieza el domingo día 30 de mayo en la puerta de nuestra casa en Sengigi. Un autobús bastante nuevo nos viene a recoger y va hacia el punto de partida. Cuando ya estamos todos abordo nos vamos a nuestro primer objetivo del día, un centro comercial de Mataram dónde nos dejan tres cuartos de hora para que compremos “cosas” y mientras esperamos al segundo grupo que viene en otro otobús.
El segundo punto de la ruta es un “pueblo típico”, os explico, nos llevan a un sitio donde venden alfarería y en la parte de atrás del almacén hay unas casas y unas mujeres que hacen vasijas y cosas de barro. Nos hacen una demostración y luego nos preguntan si alguien quiere probar, a lo que una chica se presta y se ve lo torpe que es en comparación con la vieja que lleva toda su vida haciendo lo mismo. Yo en este punto ya me empecé a mosquear porqué pensé “yo diría que en todas las civilizaciones hay alfarería, no se a quien coño le puede sorprender todavía” luego pregunté a mis compañeros de viaje y todos coincidimos en lo mismo fue un puto aburrimiento de cojones.
El tercer destino eran los astilleros de Perama (la empresa que organiza los viajes), empieza lo bueno pensé yo, podremos ver cómo construyen barcos, cosa que mola. Llegamos y los astilleros son más bien chiquiticos por no decir otra cosa y gente trabajando no hay ni el tato, lo que hay es un barco casi terminado. El guía nos pega una charla de lo bueno que es el señor Perama y de lo mucho que hace por el medioambiente y por la economía local. Nos invitan a subir al barco a medio construir y nos tomamos unos tés y cafés. Al ratico de marear la perdiz por ahí nos dicen que ya nos vamos a puerto a zarpar.
Nos subimos todos al barco y el guía nos pega una charla de cómo va a funcionar la cosa a bordo y las cosas que vamos a hacer en los próximos días, seguidamente nos ponemos en marcha hacia una isla dónde el señor Perama ha empezado a replantar coral debido a que el uso de dinamita por parte de los pescadores ha deteriorado mucho el coral en la zona.
Nos dejaron un equipo para hacer snorkel y aunque el agua estaba un poco revuelta, el coral que vimos me fascinó un montón, después nos dejaron ayudar con el replanteo del coral y después nos hicieron una barbacoa de atún cojonuda. La cosa ya empezaba a ir mejor. Durante la cena nos hicimos coleguitas de unos franceses muy majos y hablamos con algún que otro guiri más. Bruno, uno de los franceses habla español, y fue una alegría no tener que estar hablando en inglés todo el rato.
Por cierto, no veas cómo me estoy soltando con el inglés. Me falta mucha gramática y algo de vocabulario, pero estoy mejorando un montón. La Rosa también aunque ella se corta más a lo hora de hablar con la peña, ella tiene mejor la gramática pero le cuesta arrancar.
Después de la cena, al barco de nuevo y a dormir. Nosotros habíamos cogido la opción barata y entonces teníamos que dormir sin camarote en unas colchonetas tumbadas en el suelo. Yo estaba más petao que todas las cosas y en cuanto pusieron las colchonetas yo creo que fui el primero en tumbarme y me sobé al momento.
A las 4 de la mañana después de haber pasado una noche un poco movida en el barco, y con bastante dolor de espalda (llevo tiempo sin hacer yoga y mi espalda se está quejando) me desperté y estaba súper despejado, de esos momentos que sabes que ya no te vas a dormir ni de coña. Como tampoco tenía donde ir, y no quería hacer ruido, me quedé en la colchoneta hasta que al cabo de un rato se oye catacrak y el barco se para, los tripulantes, que estaban sobados ahí con nosotros, se levantan y empiezan a moverse y ha hablar los unos con los otros. Yo me temo lo peor, ¿seremos gafes? Espero que esto no nos pase cuando viajemos en aviones.
La gente se empieza a despertar poco a poco y cuando ya estamos todos reunidos nos dicen que el capitán del barco se ha quedado dormido y nos hemos chocado con un arrecife de coral. Toma moreno!!! Esto de tener razón a veces no me mola nada.
Como no podemos hacer nada hasta que suba la marea y es mejor desalojarnos del barco para que así pese menos, nos llevan a una isla, con la que nos hubiéramos chocado si no hubiera sido por el coral, y nos preparan sobre la marcha una excursión por un pueblo pesquero este, sí que tradicional (ahí no han visto a un guiri en su vida, fijo). Fue un poco rollaco pero había un montón de murciélagos en los arboles de la playa, y eso fue lo único así destacable. Al rato nos informaron de que el barco ya había podido salir y nos esperaba donde había más profundidad, como la lancha que nos llevaba tenía que dar unas cuantas vueltas, de mientras aprovechamos para nadar un poco. Con los franceses y un alemán empezamos a saltar desde arriba del barco haciendo bombas muy majas. Después de hacer el gamba nos subimos todos al barco y ya no nos bajamos hasta el día siguiente. La verdad es que fue un poco rollo el día, pero bueno, por lo menos no ha sido más grave.
A la mañana siguiente me levanté otra vez bastante pronto y me subí a la parte de arriba a ver el amanecer, no sé cómo describir la belleza del momento, fue simplemente mágico. La gente se empezaba a despertar e iba subiendo con las cámaras de fotos preparadas para sacar unas fotos increíbles. Cuando suba las fotos ya lo podréis juzgar por vosotros mismos.
A las 7 o algo así, después de desayunar, ya habíamos llegado a la isla de Komodo. Un dragón de Komodo nos esperaba nada más llegar a la isla rodeado de 4 tipos con unos palos más altos que ellos mismos, era el dragón de exposición por así decirlo. Entonces nos dividieron en dos grupos y unos “rangers” nos hicieron un treking de unas dos horas por parte de la isla. Yo pensaba que después del treking nos llevarían a algún sitio donde les dieran de comer o algo así, pero que va, ves los dragones que te encuentras por el camino. Nosotros tuvimos suerte y vimos uno de los grandes a unos 15 metros. El otro grupo vio a una cría encima de un árbol. Ya está no hay más que contar. Ahora caigo en porqué te ponen el de exposición, es para que no puedas decir que te vas sin ver a ninguno.Nos volvimos al barco con una sensación de esas como cuando sales de casa y piensas que te has dejado algo.
El barco pone rumbo a una islita dónde iremos a pegarnos unos chapuzones. La verdad es que decir islita no hace honor a lo que realmente es, la mejor playa en la que hemos estado en nuestra vida, ahora lo digo sabiendo que no es la única así de bonita por estos lugares, pero aquel día me parecía que no podía haber playa mejor que esa, os lo juro. El fondo marino no era peor que lo que se encontraba fuera así que gafas y tubico y pal agua. Creo que ya lo he dicho antes, pero es que es alucinante la belleza que puede llegar a tener el fondo marino, que colores, que formas, los peces a veces miedosos y escurridizos, otras veces tranquilos, nos maravillaban con su presencia. Parecía un documental. Yo creo que todos los momentos que hemos hecho snorkel yo he sido el que más rato me tiraba en el agua buceando, nadando detrás de este o aquel grupo de peces, hasta que los dedos se me ponían como pasas. Ahora puedo decir que el tour en el barco de Perama ha merecido la pena.
Después de la playa nos dieron de comer en el barco y ya nos llevaron a nuestro destino, la isla de Flores, más concretamente el pueblo de Labuan Bajo. Teníamos que buscar hotel y luego para la cena había una fiesta a bordo, el grupo que salía del barco con el grupo que entraba nuevo y que iba en dirección contraria a la nuestra.
Fabrice, uno de los franceses (que ha resultado que es piloto el muy cabrón), había encargado una botella de Arak que es una bebida local hecha a base de arroz fermentado, nos dijeron que se puede mezclar con cola y que estaba bien. ERROR, que asco por dios, eso estaba imbebible, pero como era lo único que había pues palante. Cuando se acabó esa botella encargamos otra y esta vez nos la hicieron al estilo tradicional, con miel y limón, ahora sí que estaba bueno. Al cabo del rato los dos franceses y Uri, el alemán, empezaron a picarse para hacer bombas en el puerto, con la de mierda que había en el agua, conmigo también lo intentaron pero yo pasé de lo lindo, ellos, cuando el alcohol los envalentonó se marcaron unas buenas bombas desde lo alto del todo de uno de los mástiles. La verdad es que cuando nos subimos al barco el primer día y el guía nos explico el recorrido del tour y la fiesta final no esperaba pasármelo tan bien.
Bueno aquí acaba este post, próximo destino, Flores.
Dani, ¡he descubierto tu secreto! ¡Eres una sirena!
ResponderEliminarY como te gusta tanto estar bajo el mar te dedico esta canción: (hoy estoy muy cantarina)
"Bajo el mar, bajo el mar.
Vives contenta, siendo sirena eres feliz
Sé que trabajan sin parar y bajo el sol para variar mientras nosotros siempre flotamos
Bajo el mar..."
Maria del Mar
joder, maria del mar, estas muy cantarina ultimamente. Me alegro!
ResponderEliminarCantarina y bailarina. Ya te contaré...
ResponderEliminarMaria del Mar
JE, je, je, muy bueno lo de sirena. Qué envidia con las descripciones de las playas, vuestra suerte con los trnsportes es otro tema. Un beso,
ResponderEliminarPili
Es verdad Rosa, cuando volvais no vamos a conocer al Dani. Esta muy delgado jajaja. Es que en estas fotos ,se os ve mejor a los dos de pie jejeje. Peró, como dice Maria del Mar, el Dani su secreto, es el de ser una sirena jajaja.
ResponderEliminarSoy anónima CARMEN jajaja
Besicosss